Con el anhelo dirigido hacia ti yo estaba sólo, en un rincón del cafécuando de pronto oí unas alas batir, como si un peso comenzara a ceder, se va,se va,se fue.
Tal vez fue algo de la puesta de sol, o algún efecto secundario del cafe, pero lo cierto es que la pena voló y no importó ya ni siquiera se porqué se va,se va,se fue.
Algunas veces, mejor no preguntar, por una vez que algo sale bien, si todo empieza y todo tiene un final, hay que pensar que la tristeza también se va,se va,se fue.
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