lunes, marzo 15, 2004

Una con cuarenta y siete minutos, hora de comer...ella simplemente sale. El la espera como un tigre al acecho. Espera rozar sus labios fuera de horarios laborables y al margen de los calendarios cotidianos. Y cuando llega el momento justo la sorprende, ella se detiene y gira la cabeza con la alegria inundando su alma. "Completamente tu, mañana de regreso, el buen amor, la buena compañia".

ChEcO.

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