jueves, septiembre 09, 2004

Me tumbo en la cama. Esta es otra de mis innumerables noches de insomnio. Observo a la luna que brilla con infamia y desafio desde el cielo. Parece enamorarse de mí. Su luz se refleja sobre mi cuerpo barnizado por el sudor. Es una noche cálida, tranquila y hetérea. Planeo fugas. Huidas que tengo pendientes. Huidas marcadas en rojo en mi calendario.

Confieso que a lo largo de mi corta existencia he emprendido algunas huidas, pero ¿Para qué los voy a engañar? la mayoría de esas evasiones estaban dentro del mundo de la fantasía y la Ciencia Ficción. He perseguido a Peter Pan hasta "El País del Nunca Jamás"; monté a lomos de un hermoso dragón blanco junto a mi amigo Atreyu, en busca de la nada; visité el frondoso bosque de Sherwood para asaltar los carruajes de los ricos y dar a los pobres.

He regresado de una Odisea con Ulises para ayudarle a
tensar su arco y poder recuperar a Penélope; he dado largos paseos por la isla de Robinson mientras que Viernes asaba unas sardinas frescas junto a la orilla; he sido arrollado por los molinos de viento para después caer en los brazos de Dulcinea. He sido viajero en el tiempo. Huyendo de la soledad.

Pero, aún me queda otra importante huida por realizar. Más mundana. Más carnal. Igual de enriquecedora. La huida hasta tu cuerpo.

Nadaré hasta tu pelo y me dejaré caer por esa bella cáscada de cabellos que inundan tus hombros. Descenderé por el desierto de tu espalda y no saldré ileso. Apagaré mi sed en el oasis de tus labios. Te beberé de un trago. Me emborracharé con tus besos.

Treparé por dos colinas gemelas ,tus senos, y bajaré con mucha cautela. Vagabundearé por tu vientre y tu ombligo. Llegaré hasta el Monte de Venus. Y como un astronauta, insertaré mi bandera.

Tan sólo espero, haber pisado tan fuerte que mis huellas, en mi huida por tu cuerpo...

...jamás queden borradas.

Golosinas.

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