martes, junio 08, 2004

Sólo quedan ya vestigios de una primavera extraña. Es más, se podría decir que la primavera ya se marchó sin avisar y el verano vino ya para instalarse en nuestro calendario. Y nada mejor que unas cervezas claras y una muy buen paciensia para combatir la justicia del sol, nada mejor que afrontar la llegada del calor bajo la sombra de un naranjo.

ChEcO

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